Vistas de página en total

lunes, 27 de marzo de 2017

Esperanza

Nadie que no haya vivido en carne propia lo que es estar sumergido años en depresión tiene siquiera una idea de la terrible enfermedad que es; sin embargo he aprendido en todo este tiempo y creo que estoy bastante cerca de una recuperación completa.
Tuve que evaluar el comportamiento de personas normales. Tuve que tomar nota de lo que significa el "amor" en la sociedad y la facilidad con la que se usa esa palabra. Estuve cerca de alguien quién nunca expresó mayor sentimiento alguno, si acaso lo vi dos o tres veces expresar algún sentimiento, y de ellas solamente una vez estuvo sobrio.
Nunca entendí como una persona podía expresar tan poco, pero es que lo que no contemplé es que estaba ante una persona "normal". Una persona que nunca había tenido la desdicha de lidiar con tan inmensos sentimientos que inundan día a día mi inconsciente.
Estoy acostumbrada a los artistas... ¿y qué es un artista sino alguien que siente más de lo que debería?.  Los artistas pasamos drogados 24/7 de las propias sustancias que genera nuestro hipotálamo. Para un artista, la traición significa la muerte.
Nunca entendí como alguien capaz de decir "te amo", se podía levantar al día siguiente de verme a mí destrozada, moribunda, agotada... levantarse, reírse, ir al trabajo y seguir como si nada hubiera pasado nunca. Nunca había tenido la oportunidad de ver esto, nunca había visto un cerebro "normal" funcionando sin ningún atraso después de un poco de dolor.
Recuerdo haber llorado mares junto con otras personas, recuerdo la furia, la ansiedad, recuerdo lo que es ver a un hombre llorar como yo. Recuerdo lo que es sentarme hasta tres horas a escuchar a alguien hablando y llorando desesperadamente; recuerdo lo que es conocer cada gesto de dolor, recuerdo lo que es escuchar a alguien interpretar una obra propia y saber exactamente qué sentimiento significa cada nota.
Y es que hasta ahora fui capaz de compartir tanto tiempo con alguien que simplemente tiene la gran dicha de no sentir nada de eso.
Los artistas nos juntamos con otros artistas no porque los busquemos, sino porque nos identificamos en cada muestra de sentimiento que vemos expresado. Conocemos esos sentimientos, conocemos sus formas, sus sonidos... Y no tenemos que tratar de explicarlos, son amigos en común...
Recuerdo lo que es llegar después de haber casi muerto, llorar y darle la mano a alguien más, y que con un simple gesto todo se sincronizara y él empezara a llorar también.
Es bien diferente hoy.
He tratado de apuntar qué es lo que significa el amor entre personas no sentimentales... entre personas normales cuyo cerebro no segrega más ni menos que lo necesario. He llegado a la conclusión de que el "amor" como se ve en tantas películas y en tantas parejas no es más que conveniencia. Ni siquiera es un sentimiento.
Las personas que dicen amar a otra sólo buscan comodidad, reírse con alguien, pasarla bien, estar seguros, tener a alguien quién los respalde y los ayude para continuar con los menesteres de la vida. El amor, más que amor, es eficiencia.... Y eso es lo que me ha costado tanto entender. ¡Yo no quiero eficiencia!, ¡ Quiero amor desgarrador!.
Es la primera vez que me enamoro de alguien para quién es el amor es un concepto tan distinto al mío. Es la primera vez que tengo tanto contacto con un cerebro tan eficiente emocionalmente; es la primera vez que veo como alguien es capaz de levantarse y seguir una vida común, sin sucumbir ante el dolor; es la primera vez que veo a alguien quién no sufre, es la primera vez que veo a alguien que llora solamente si está borracho.... Es la primera vez que veo un cerebro práctico con sentimientos mínimos...
No tengo palabras para describir la envidia que me genera... No sentir. No sentir tanto como yo siento. Tengo bien memorizadas las actitudes de este alguien, por fin entiendo la televisión y las películas; tiene sentido que el cerebro no sienta tanto para que pueda seguir funcionando con practicidad.
Por muchos años pensé que prefería ser como soy, sensible; con algo dañado en mi cerebro que me hacía sentir demasiado. Ahora por fin me doy cuenta que de nada vale poder componer mil canciones y dejar parte de mí en ellas, de nada vale poder apreciar el arte más sublime del universo, de nada vale sentir tanto en un mundo donde el 90% de las personas no sienten ni la mitad. De nada vale mi concepto de amor si no se asemeja al de la mayoría.
En este momento daría todo por ser insensible, daría todo por simplemente decir "me vale picha todo". Daría todo por no importarme nada de lo que ha pasado estos últimos años y continuar con mi vida como si fuera un día cualquiera. En este momento quisiera tener el valeverguismo que tanto critiqué por envidia. En este momento quisiera ser yo la que no ocupa un libro de "Not giving a fuck". En este momento cambiaría todo el conocimiento que me ha otorgado poder sentir, por un día de una persona que no sufre.
En este momento daría todo por cambiar de posición...

domingo, 26 de marzo de 2017

Entre la locura del dolor y la desesperación, entre las ganas de arrancarme el corazón que siento destrozado por tantas cosas: cosas que han venido y cosas que yo he creado, vuelvo a escribir en mi blog.
Es difícil sentirme sola cuando estoy rodeada de gente que está ahí para mí, pero es que ya no quiero causarles más tristeza. Es difícil ser quién soy, extremista. Es difícil no saber cuál es el punto medio entre la felicidad y la depresión completa, y es que, aunque siempre he sido gris, por un momento pensé haber encontrado mi blanco. Lo vi y lo supe, me tiré a sus brazos sin preguntarme qué iba a pasar con todo el gris del mundo. Quise olvidar todo por un momento y sólo hablar de las constelaciones en el cielo.
¿Qué es el blanco después de todo sino luz? Muchos podrán decir que mi color favorito es el negro, pero el negro no es un color, es la ausencia del mismo. Me gusta lo negro, porque hace resaltar todavía más la magnificencia del blanco, de dónde se despliegan todos los demás colores visibles.
No he aprendido a controlar mi dolor, pero si he cambiado drásticamente la forma de querer hacerlo. Tuve que empoderarme en algún momento, tuve que dejar de ser la niña sumisa con miedo y contraatacar, tuve que aprender a "defenderme"; pero no me ha salido nada bien.
No logré manejar la felicidad que sentí al haber encontrado mi blanco, más porque él mismo se ve como un gris.
Le dije tantas veces que era tan feliz, hasta que sentí que no podía dejar que supiera que era tan importante, me di cuenta cuando este me dejaba a un lado y me daba por sentada.  ¿Había sido mi culpa hacerle ver que no podría vivir sin ese blanco en mi vida? Tuve tanto miedo de perderlo que entonces tuve que comenzar otra estrategia... Si él piensa que no es blanco, si él piensa que es negro me va a ver a mí gris y entonces él me va a necesitar a mí... Creo que sí logré que pensara que era negro, y en eso me saqué un 100. Lo que no pensé con claridad es que cualquier blanco manchado con gris se vuelve turbio.
Nunca supe cómo explicarle que era lo más importante en mi vida, nunca encontré el punto medio para poder decirle todo sin que me dejara de lado; nunca supe explicarle las cosas que me dolían, y a cambio sólo traté de generarle el mismo dolor para que se mantuviera a mi lado, como yo lo hacía con él.
Cada vez que estoy cerca de la muerte veo cosas diferentes, cada vez logro discernir mejor entre la vida en este mundo y la "muerte". Cada vez comprendo más que no existe tal cosa y cada vez me siento más cómoda con la idea de reestructurar mis átomos en algo diferente.
He querido decirle mil veces como me siento, he querido poder tener las palabras para hacerlo, he querido poder explicar que no es algo que yo pueda manejar, he querido poder vencer el miedo a ser juzgada cono alguien diferente... "loca"... He querido encontrar el estudio científico que explique lo que pasa en mi cerebro, he querido poder canalizar el miedo que tengo de que mi blanco se vuelva negro para siempre.
He querido poder descubrir la droga que me ayude a expresar porque actúo como actúo... pero nunca he encontrado manera a través de mis sentidos de hacerlo. ¿Cómo poder explicarle a alguien que hay una parte en mi cerebro que sólo se reconforta al estar cerca?. ¿Cómo poder explicarle a alguien el miedo que siento de no poder seguir viviendo sin esa sensación de esperanza, de haber encontrado a alguien blanco dentro de mi mundo gris?.
¿Cómo le digo a mi cerebro que no tema tanto?. ¿Cómo le hago entender a alguien lo que siento?. ¿Cómo explico algo que yo nunca he sentido antes? ¿Como venzo el miedo de saber que mi felicidad está en manos de alguien que no tiene idea que la tiene en sus manos? ¿Cómo le dejo de hacer daño a los que me quieren?
El blanco, el negro, el gris.... ¿Cómo hago para por fin dejar de existir en este plano, sin causarle tanto dolor a quienes no lo merecen? , ¿cómo hago para descansar del sufrimiento?. ¿Cómo hago para pedirle un abrazo blanco a quién cree ser negro por mi culpa?....
¿Cómo hago para continuar, si ya he manchado todo mi alrededor? ¿Cómo hago para que alguien me quiera siendo gris...?
¿Cómo hago para dejar de llorar?
¿Cómo hago para demostrar quién soy en vez de sólo demostrar quién soy cuando tengo miedo de perder a alguien?.
¿Cómo recupero la inocencia que perdí al tener que hacerme un escudo y pensar que todos querían hacerme daño?.
Supongo que a veces escogemos supervivencia en vez de felicidad. Tuve que aprender a ser hostil, tuve que aprender que un gesto amable puede significar mi violación, tuve que dejar el amor y la ternura de lado para estar siempre alerta...
Casi 3 años desde mi última entrada de blog.... casi tres años de luz, y de nuevo estoy en la completa oscuridad.